Este domingo 8 de julio salgo para Atenas. El 9 me espera un vuelo que me llevará de vuelta a España.
No puedo decir que me vaya con alegría. Ojalá esto durara para siempre. Al menos esta semana.
He amado. Mucho. Y sobretodo, me he sentido amada.
Todos los momentos felices se me amontonan en la memoria. Los duros comienzos ya no me parecen tan duros. Incluso me hacen pensar que a veces no aproveché todo lo que tenía que haber aprovechado, por eso esta semana no quería tener contacto con internet. Quería vivir la vida aquí como si no existiese nada más en esta isla.
Marco, Luca y yo, juntos hasta el final, aunque cada uno se vaya un día diferente. Los últimos momentos en Grecia pero no los últimos de nuestra vida.
Me voy llena de amor. Me voy echándoos de menos. Me voy y no quiero pensarlo.
El primero fue Kevin, luego Kelly, luego Amador, luego Betsy y ahora, Billy. Me quedo con mis otros dos chicos favoritos. Con los guiris.
Me quedo con aquel de quien me he enamorado hasta perder la cabeza.
Quién sabe lo que deparará el futuro. Tantas veces que deseé en mis posts que no fueras tú, que no hubieras venido... Pero las cosas pasan porque tienen que pasar. Para bien o para mal, supongo.
No sé que nos deparará el futuro. Sólo sé que te conozco mejor que nadie. Puede que Luca conozca otros aspectos oscuros que yo no quiero saber, jaja, cosas de chicos. No leerás esto. Si lo haces no lo entenderás, pero llegados a este punto, ambos sabemos que no necesitamos ni las palabras, ni los blogs ni los comentarios de la gente.
Ambos sabemos lo que significamos el uno para el otro. Muchas charlas, muchas miradas y sobre todo complicidad.
Sé que no te tengo del modo en el que quiero. Sé que no puedes dármelo. Al menos no ahora. Pero sabemos cosas que nadie sabe, que por eso hemos superado tantas cosas. Que por eso no me has dado la espalda en ningún momento.
La "winning smile" que tan bien sabes reconocer en mí asoma por las comisuras de mis labios. Me das esperanza. Me has demostrado que tenía razón al confiar ciegamente en tí, a pesar de lo que muchos hayan dudado. Posiblemente es que nadie nos ha entendido nunca. Que no entendían nuestra relación.
Me has enseñado muchas cosas. Te he enseñado tantas otras.
Supongo que no quería hacer un post sólo sobre ti, pero es que se me escapan las palabras.
No hay resumen de esta historia. No hay punto y final. Sólo tú y yo sabemos lo que tenemos. La amistad que nos une. Porque siempre fuiste mi amigo. Siempre lo has sido.
No era yo la que hacía de nuestras vidas un musical. Yo sólo he cantado al compás de tu música. Porque me has inspirado.
Gracias por dejarme ver esa parte de tí que nadie sabe. Gracias. El amor que me has dado, que me das, aunque no sea el que te pedí, es el amor más grande que podría haber esperado después de tantas cosas.
No todo siempre es perfecto... Pero este erasmus, con todas sus imperfecciones, ha sido la experiencia más perfecta que podría haberle pedido a un país que no conocía.
Porque eres único. Eres especial. Porque eres Marco.
Y porque al final, la Eurocopa, la mía particular, se disputó entre Italia-Alemania-España. Y aquí estamos todos empatados y sujetando la copa.
Cierro esta entrada con una sonrisa. Y me voy. A estar con vosotros mientras pueda. A abrazaros a los dos. A besaros y, por encima de todo, a ser feliz.
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