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miércoles, 6 de febrero de 2013

Educación

¿Es la educación un derecho fundamental? Y lo sea o no, ¿qué pasa con aquellos que necesitan de los recursos económicos necesarios para desarrollar una carrera profesional que nos ayude a conseguir un buen trabajo en el futuro?
Este año me corresponde una beca del estado. He trabajado duro y he comenzado un nuevo año académico con el 100% de los créditos aprobados. Casi cada día consulto mi solicitud en la web del ministerio deseando ver un aprobado que no llega... No dejo de escuchar a gente con recursos, compañeros universitarios, que ya han recibido esa beca y que proclaman con orgullo que les han dado más que nunca. Sé que esa gente comulga con determinadas ramas sectarias religiosas así como con las medidas más extremas de un gobierno que, no seamos hipócritas, sabemos de qué pie cojea... y yo, políticamente activa desde que tengo uso de razón, tengo miedo. Sí, miedo. Qué triste en un país que solía ser ejemplo de libertades. Tengo miedo a firmar cualquier tipo de acto de rebeldía, cualquier propuesta de cambio de las miles que circulan por redes como Amnistía Internacional, Change org, Avaaz... porque en ellas se encuentran mi nombre, apellidos, DNI, dirección y correo electrónico. Tengo miedo a publicar en facebook cualquier noticia que difunda la palabra de que este gobierno nos está ninguneando y riéndose en nuestra cara... Y tengo miedo porque está llegando un punto en el que no sé si esas medidas a título personal que intento defender, podrían estar repercutiendo en mi futuro, en las posibilidades que tengo para terminar una carrera universitaria. Y no hay cosa más rastrera que tener que permanecer en silencio. Me duele, y tengo miedo... miedo de proclamar que mi ideales políticos son de izquierdas pero que amo mi tierra y amo lo que hago, con lo que me quiero ganar la vida para estar orgullosa de mí, para que mi familia se sienta orgullosa de mí. Y no veo el día de no tener que pedirle dinero a las personas que hacen posible que yo siga estudiando, que son mis padres y mi hermana. Y que ella, que es una maestra excepcional, no pueda dedicarse a aquello para lo cual ha nacido, gracias a las medidas de ese mismo gobierno que considera que en este país sobran profesores y facultades. ¿Qué tipo de broma es esta? Y escribiendo esto, tengo aún más miedo... pero no puedo no luchar y seguir en silencio.

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