Bueno, hoy ya con toda la calma chicha del día después, me dispongo a escribirte algo que espero que ayer, 26 de noviembre, echases en falta: una entrada dedicada a tí en tu cumpleaños.
Pocas son las cosas (buenas y malas) que no te he dicho a lo largo de estos años. Y se quedan cortas las palabras ante tal admiración.
29 años... Ay Isa... parece ayer cuando hicieron esta foto (de la cuál no tengo recuerdos, pero la pongo porque en casi todas las demás, tienes cara de susto, as always).
Es un consuelo tener la certeza de que el día que falte alguien, familia o amigos, siempre te tendré a tí.
Espero ser el mismo consuelo para tí. Y espero transmitirte siempre, que puedes serlo.
(Si algún día es que no, tienes derecho a darme una colleja).
Tengo tantas cosas pensadas para el día que pueda agradecerte lo que has hecho por mí, que no tengo espacio suficiente en mi cabeza para albergarlas todas... Así que las apunto. Una a una. Para que no se me olviden. Incluída la casa en New Orleans y la Harley Davidson.
Quiero que vengas conmigo a cualquier parte del mundo a la que yo tenga posibilidad de viajar algún día... (posibilidades que muchas veces tú me has brindado).
Y es que no sé si sabes, pero hay muchas cosas que, aunque no lo creas, no sé hacer sin tí.
Somos dos almas independientes, en dos cuerpos independientes, con órganos y sentimientos independientes... pero hay una luz que me mantiene cerca de tí del mismo modo que si fuésemos siamesas.
Esos pelos tuyos, de niña y de joven, esos ojos grandes y expresivos, esa risa tonta que te entra a veces que parece falsa, esos grititos cuando te dan ataques de amor y me das todos los besos y abrazos que no me has dado en una semana...
Seguimos siendo esas dos niñas de la foto (quizá por eso nos conservamos tan bien): yo agarrada a tu mano para no caerme... y en el fondo para que tampoco te caigas tú.
Tengo muchas ganas de muchas cosas contigo, pero me centro en lo más cercano: celebrar tu cumple en Soria en una semana.
Hagamos de cada día juntas, un rincón inolvidable para el alma.
Te quiero... como si no hubiera mañana.
Pocas son las cosas (buenas y malas) que no te he dicho a lo largo de estos años. Y se quedan cortas las palabras ante tal admiración.
29 años... Ay Isa... parece ayer cuando hicieron esta foto (de la cuál no tengo recuerdos, pero la pongo porque en casi todas las demás, tienes cara de susto, as always).
Es un consuelo tener la certeza de que el día que falte alguien, familia o amigos, siempre te tendré a tí.
Espero ser el mismo consuelo para tí. Y espero transmitirte siempre, que puedes serlo.
(Si algún día es que no, tienes derecho a darme una colleja).
Tengo tantas cosas pensadas para el día que pueda agradecerte lo que has hecho por mí, que no tengo espacio suficiente en mi cabeza para albergarlas todas... Así que las apunto. Una a una. Para que no se me olviden. Incluída la casa en New Orleans y la Harley Davidson.
Quiero que vengas conmigo a cualquier parte del mundo a la que yo tenga posibilidad de viajar algún día... (posibilidades que muchas veces tú me has brindado).
Y es que no sé si sabes, pero hay muchas cosas que, aunque no lo creas, no sé hacer sin tí.
Somos dos almas independientes, en dos cuerpos independientes, con órganos y sentimientos independientes... pero hay una luz que me mantiene cerca de tí del mismo modo que si fuésemos siamesas.
Esos pelos tuyos, de niña y de joven, esos ojos grandes y expresivos, esa risa tonta que te entra a veces que parece falsa, esos grititos cuando te dan ataques de amor y me das todos los besos y abrazos que no me has dado en una semana...
Seguimos siendo esas dos niñas de la foto (quizá por eso nos conservamos tan bien): yo agarrada a tu mano para no caerme... y en el fondo para que tampoco te caigas tú.
Tengo muchas ganas de muchas cosas contigo, pero me centro en lo más cercano: celebrar tu cumple en Soria en una semana.
Hagamos de cada día juntas, un rincón inolvidable para el alma.
Te quiero... como si no hubiera mañana.
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