Star memories

lunes, 21 de enero de 2013

Del recuerdo

Recordar ese último beso en una estación de autobús, esa última mirada. Esos ojos verdes en los que al fin me veía reflejada. Que se volvían color oro con el sol y verde oscuro cuando se enfadaban.
Recordar ese último beso en el que quería desvanecerme, que paralizó mi mundo durante unas milésimas de segundo. Las mismas de la primera vez que te ví.
Recordarlo y sentir ese aleteo en el estómago y en el bajo vientre...
Beso...

sábado, 19 de enero de 2013

Y qué...

A veces pienso en dejarlo todo. Incluso de cantar.
Me puede la presión. El recuerdo de un beso en la confidencialidad de un pasillo oscuro. Tímidos testigos de un momento feliz, que recuerdo con una sonrisa, y convertido en un "no es lo que parece". ¿Qué fue? ¿El miedo? ¿Quién me hablaba? ¿El corazón? ¿Cómo decidió? ¿A cara o cruz?
Seguramente debí haber sido más lista. O más mala. Menos débil. Más herida.
A veces pienso en dejarlo todo.
Incluso de cantar.

viernes, 18 de enero de 2013

Hoy o no

Hoy me falta algo. ¿El aire?
Hay algo apoderándose de esta casa.
Creo que hoy me faltaba Criss. Me faltaba Iván. Hoy me faltaba una cerveza en la ruta 66.
Hoy me faltaba no pensar.
Caer. Cerrar los ojos.
Hoy me faltaba que no me agobiase. No proyectar.
Hoy me he dedicado a limpiar mi casa. Por dentro y por fuera.
Me faltaba un paseo.
Hoy ya no es hoy. Hoy ya es de otro. Mañana me pertenece a mí.

jueves, 17 de enero de 2013

Del no ser

Tú, que te escurres entre mis dedos. Como una lagartija. Que no te deseo más porque no debo. Que me dueles. Tú, que te vas. Yo, que me desespero.
**************
Entre la melancolía, el doler de no poderte amar. Que me hace feliz y a la vez me pone triste. Darte las gracias y saber que no voy a corresponderte y entre tanto, reconocer que mientras leo, pienso en él.

viernes, 11 de enero de 2013

I Don't Like Begging

Tú lo sabías bien. Conocías cada movimiento de mi cuerpo y su significado. Desde la "winning smile" hasta el momento en el que un no, significaba en realidad un sí.
Y después de haberme aprendido y de yo haberte aprendido a tí, vuelvo a empezar. A cometer los mismos errores. Un poco más sabia, pero un poco más débil.

¿Por qué lo sigo intentando? Creo que es una pregunta sin respuesta. La ironía es que contigo no me cansaba. Estaba llena de energía. Podía con todo... Me pregunto si toda esa energía que explotaba por mis poros cuando te conocí, es la misma que ha recargado mis pilas un año después... Pero, y entonces... ¿qué es lo que está mal? ¿Es quizás la pérdida de un ser querido un escape en mis baterías? ¿Será por eso que me siento tan pequeña e indefensa? ¿Cuándo volveré a la normalidad?

La peor parte no es que estés a 1654 km en dirección a los países germánicos.
La peor parte no es que no estés aquí para darme un abrazo y besarme de esa forma que me hacía olvidar el tiempo y el espacio.
La peor parte no es que recurra ahora a tí, cuando hace unos meses te convertiste en un extraño.
La peor parte no es que te haya dejado volver a mi vida tan fácilmente.

La peor parte es que me he encariñado de un desconocido. Es que son esos abrazos los que echo en falta. Es que he perdido antes de tenerlo, la sensación de complicidad, de encontrar a alguien con quien hablar, de otra forma, con otras palabras, de aquellas cosas que contigo, a lo mejor me resultaban más difíciles. Que era esa parte que me faltaba de ti. Que sólo se mide por las diferencias del idioma. Que no tiene nada que ver con la felicidad, porque como contigo, no era feliz con ningún otro.

Y es que ese desconocido no me conoce. No ve lo que tú veías en mi que me hacía ser tan especial. Y deseaba tanto que me dejara enseñárselo, que me he quedado a medio gas. Y ruego. Y me arrastro... pero tú no me dejabas hacer eso, porque sabes que entonces me partía, como un huevo tras un golpe seco.
Porque yo no espero a que tú me pidas amor. Porque lo daba incondicionalmente... y darlo, y ver cómo lo desprecian, cómo desprecian lo que soy, me parte por la mitad, porque no conozco otra forma de hacer las cosas.

Pensé que después de tí no podría haber nadie. Me equivoqué. Era posible.
Pero aún así...

martes, 1 de enero de 2013

2013

Cuaderno de bitácora 1 de enero de 2013

Pensábamos que no llegaríamos, pero ya estamos aquí.
No sabemos qué nos deparará el futuro, pero seguro que cosas buenas tiene reservadas para nosotros.

Desde este pequeño rincón dónde habitan las palabras, quiero desearos lo mejor y quiero daros las gracias a todos los que, en algún momento de mi vida, os habéis cruzado en mi camino. Enseñándome y llenándome de vida. Compartiendo vuestra luz y energía conmigo. Espero haber sabido daros algo bueno de mí a cambio.

Quién sabe dónde estaremos o hacia dónde nos llevará la vida. No me gusta hacer planes. Me gusta muchas veces dejarme arrastrar por la maravillosa corriente del destino, porque eso siempre me ha traído buenas experiencias y me ha llevado a conquistar otros mundos, así que, desde mi cabecita y corazón locos, sólo quiero aconsejáros que viváis, que seáis felices, que enfrentéis las cosas con una sonrisa y que os dejéis arrastrar por las cosas buenas.

No sirve el miedo. Eso sólo nos hace perder oportunidades. Hay que arriesgar, porque aunque nos caigamos, siempre sabremos levantarnos. Siempre habrá alguien, que nos tienda una mano para ayudarnos a ponernos en pie.

Llorad, reíd, cantad, gritad y bailadle a la vida. Es un regalo precioso y no dura siempre.

Quién sabe, quizás a la vuelta de la esquina, se encuentren nuestros sueños hechos realidad.

A mis amigos, a mi familia. A todos aquellos que forman parte de esos dos grupos. Sean de hace mucho o poco tiempo, creo que todos sabéis quiénes sois y que no me hace falta nombraros: GRACIAS. Gracias por hacerme siempre sonreir. Porque sabéis que no siempre llevo el vestido de la felicidad, y aún así sabéis como iluminar un día gris. Por darme tanto amor y cariño. Por aceptarme y conocerme, con todos mis recovecos. Os quiero, con todo mi corazón, y siempre, cada día, tengo un pensamiento bonito dedicado a cada uno de vosotros.

Hola 2013, bienvenido al borrador de mi vida. No espero nada de ti, sólo vivirte. Con intensidad.

Y como siempre, SOÑAD. Porque no hay nada imposible.
SOMNIUM ERGO SUM.