Star memories

viernes, 12 de febrero de 2016

El poder de las palabras

Como parece que de publicaciones misteriosas e intentos de directas indirectas anda el juego, hablemos todos así.
La madurez brilla por su ausencia en los tiempos modernos. Empezando por los mensajes en los muros de Facebook dirigidos a grandes amigos y amigas.

La gente habla de monstruos y dragones sin darse cuenta de que ellos mismos se han puesto ese calificativo. Igual deberían preguntarse porqué creen que lo son. Al fin y al cabo, yo no soy responsable de lo que opinen otras personas.
Una profesora me dijo una vez
"El que se excusa, se acusa." 
Yo he tenido que dar pocas explicaciones en esta historia, así que mi conciencia está tranquila.
Te equivocas si crees que me regodeo en el sufrimiento. No me ha dejado hacerlo mi gente.
Esa sensación tan peliculera de caer hacia abajo con el peso de la ropa en un lago, mientras ves que la luz del sol se aleja hasta que una mano fuerte te agarra por la solapa, tirando de ti hacia arriba. Esa bocanada de aire que es más pura y más limpia que ninguna otra que hayas dado o vayas a dar jamás.
Eso, amigo, define lo que han hecho por mí todos aquellos a los que criticas por criticar a tus espaldas o defenderme. Precisamente tú que has estado planeando este momento (a mis espaldas) y que se lo has dicho a gente amiga mía a la que yo ni siquiera le había comentado aún nada. Qué irónica es la hipocresía y qué nefasta la mala memoria.

No puedes hablar de madurez cuando me dejas un mensaje en tu muro público de facebook esperando que alguien me lo enseñe.
No puedes hablar de madurez cuando has sabido durante varios días que te ibas y no has tenido el valor para decírmelo, escudándote en que era por mi bien, cuando ambos sabemos que era por el tuyo.
No puedes hablar de madurez cuando, después de siete años, has puesto la mejor de tus caras. Aún veo tu sonrisa y la de ella mientras me dabais la noticia. Sé que no sonreíais intencionadamente, pero a veces las expresiones de la cara, cuando uno miente, dicen más que las palabras.

Yo no sé lo que es tu vida. Ya no sé ni quién eres.
Te bloqueo porque dices que no has sido tú el que ha tomado la decisión, pero lo has hecho. Y si crees que las formas han sido las correctas y que esto podía acabar bien sin traer la verdad por delante, es que en siete años aún no me conoces en absoluto. Y créeme que soy como un libro abierto, porque hace falta poca cosa para saber cuándo algo me va a hacer daño.
Tú cerraste la puerta de casa. Yo te cierro la puerta de mi vida.

No he dejado de quererte. Bien lo sabes. Sino esto me la traería floja, te sonreiría y me dirigiría a ti con el respeto que ya no te mereces, puesto que a mí no me has mostrado ninguno.

No he dejado de quererte porque no se deja de querer a una persona que ha sido parte de tu vida y que ha estado tan dentro. Que ha sido familia de esa que escoges a medida que caminas.

No pienses, Miguel, ni por un segundo que ya no te quiero. Porque mentiría si dijera eso. Pero no puedes pretender que actúe como si no me hubieses traicionado. Sabíamos los dos desde el principio de este curso que esto llegaría. Que este año nos íbamos a separar, pero no puedes pretender que crea que tu reacción ha sido ni la de un amigo ni la de un adulto. Estás loco si crees que debo pensar que esto lo has hecho por mi bien. La manera de irte, la manera de planear todo sin tener la decencia de hablar.

No puedes juzgarme porque no quiera hablarte, porque actúe como si jamás te hubiera conocido y te borre de mi vida de un plumazo, porque en el momento en el que tú no me hablaste cuando empezaste a planearlo, fuiste tú el que escogió el camino que iba a tomar esta historia. No yo.
Has sido tú el que no ha hablado y lo ha dicho todo con el silencio. Es muy egoísta pensar que, después de tirar la piedra y esconder la mano, soy yo la mala de la película que no quiere escuchar tus explicaciones, que llegan medio mes tarde y de manera premeditada.

Así que mi corazón te sigue queriendo, claro que sí. Pero el resto de mi cuerpo me dice que no merece la pena quererte.
Porque no es así como yo trato a mi familia y mucho menos como esperaba ser tratada de vuelta.

"Hoy, 21 de junio de 2014, VillaCuki se vuelve a graduar y doy las gracias por poder compartirlo con esas personas que tanto me han aportado sin quererlo. No sé cuándo leerás esto Bea, pero recuerda que si tú vas a echar de menos Soria, yo siempre tendré pendiente el ir donde estés en ese momento. Ahora te dejo en la cama durmiendo feliz, pero lo importante para mí vendrá por la tarde cuando cantemos todos juntos ante personas que me importan mucho y lo importante de verdad es que estarás conmigo. Mike."

Claro que te quiero, pero déjame seguir sin ti. Sin mensajes. Deja que yo también tome mi decisión y siga adelante con ella. Porque no es fácil echarte de menos, pero tampoco ha sido nada fácil verte marchar.
Y ya no puedo caminar a tu lado.