Star memories

domingo, 31 de marzo de 2013

Fragile

Querido tú: yo también te echo de menos.

No sé si será saber que tengo que dejar a esa persona que tanto adoro allá donde no quiero y sé que tú entiendes lo que siento.

Y te echo de menos y no te lo digo porque yo no he tomado ninguna de estas dos decisiones.
Me hubiera bastado con un "sí" a tantas veces que quise poner tiempo y espacio entre nosotros. Pero no quisiste cogerlo.

No sé si te culpo. Sé que no te odio. Que tengo miedo a que me odies porque te prometí seguir siendo tu amiga pasara lo que pasara... pero quizás quise mentirme a mí misma cuando te dije eso... porque sé que no puedo. No puedo porque no has sido capaz de escogerme a mí y yo me merezco mucho más. Merezco ser la elección y no una opción... Quizás por eso también sé que ni siquiera cuando pase el tiempo podré perdonarte esa pequeña parte... Porque tengo que encontrar a esa persona que no escoja por encima de mí. Sobre todo cuando es consciente de que la felicidad no estaba donde creía encontrarla. Cuando te das cuenta de que la persona que amas no te ama, el amor por tí mismo, el atisbo de orgullo, te dice a gritos que no era la perfección que creías... Porque yo sé amar sin medida, y cuando fui yo la que estaba en tu lugar, a pesar del dolor, supe verlo. Y soy más joven. Y más inexperta... Pero a lo mejor me amo más de lo que tú sabes amarte a tí. Porque a mi me dieron alas.

Tantas veces que pensé que a lo mejor eras sólo un capricho... y ahora me haces falta. Y hubiera hecho el amor contigo, porque ya no había culpa por sentir lo que sentía...

No creo que lo pensaras bien. Puedo saber a quién quiero culpar, pero ya no importa nada. No hay marcha atrás. De momento esa persona ha desaparecido de mi mundo... Y eso haré contigo con el tiempo.
Implicamos a demasiada gente. Me siento culpable. Sabía dónde me metía. Es otra de las cosas que apunto a mi lista de "lo que no voy a volver a hacer".

Ojalá pudiera borrar todo. Si borro lo bueno, desaparecerá lo malo, pero imagino que si las cosas suceden por una razón, esa era la manera de descubrir cómo eran realmente determinadas personas.

Echo tanto de menos tantas cosas. Ese primer semestre sin saber que existías. Porque eso significa que Napoli seguía conmigo. Que esa persona que es mi vida, seguía allá donde yo me sentía segura.

Creo que no quiero volver. Lo dejaría todo si alguien me asegurara que entonces esa persona estaría
conmigo... No sé si quiero volver si eso significa ver tu cara de niño y recordar tus abrazos y tu sonrisa. Porque ahora mismo necesitaría tanto un abrazo tuyo...
Nunca sabré cuál fue la canción que te recordó a mí, ni lo que se siente si me besas en la nieve, o bajo la lluvia.

Ahora no se trata de tí. Si no de mí. Quise arreglar tu corazón y casi me olvido de que yo tengo uno que late con demasiada intesidad, pero que es frágil.

Supongo que demasiadas cosas suceden en momentos inoportunos. Yo en tu vida y tus decisiones en la mía.
Demasiado tarde para volver atrás.
Te echo de menos, pero eso no cambiará nada...

lunes, 18 de marzo de 2013

Unexpectable

Hay cosas que suceden sin ser esperadas. Momentos y situaciones que no te esperas. Que quieres evitar.
Arriesgarse o terminar. Jugárselo a una tirada o sacar bandera blanca. Tablas.
El pánico me agarra la garganta, los intestinos... Quedarse o dar la espalda sin mirar atrás.
Es arriesgado. Todo y nada.
Nadie me dijo que volvería a caminar por la cuerda floja. No sé si quiero que te quedes o incluso si quiero irme yo.
No sé cómo hacerlo. Quitar esa dependencia. Tuya y mía.
Actuar consecuentemente por primera vez. No racionalizando, pero sí salvaguardando mi pobre corazón.

Funny how you're the broken one
But I'm the only one who needed saving

No es cuestión de ser el herido y que otro se ponga la venda. Es cosa de que resulta extraño que tú tengas el corazón roto pero sea yo la que necesite ser salvada.
No soy el parche, el comodín o el bastón de apoyo. No sé qué pasa o que pasará. Hay algo que decir, algo que hacer... y todo me da miedo. Hacerlo y no. No soy dependiente. Quiero que te vayas y que te quedes porque estoy asustada. 
No puedo ser el héroe de la película. Tampoco ser la mala. Y a veces hasta me cuesta respirar si lo pienso. 
Se trata de tomar decisiones que beneficien a todos. Se trata de no salir perdiendo. De que, por una vez, no sea yo quien salga perdiendo.

No puedo evitar salir corriendo. No puedo evitar tener frío y miedo. Porque no sé qué siento o cómo lo siento.

A lo mejor he crecido con el tiempo. A lo mejor esta vez quiero ser lo mejor para tí. Y eso significa ser la amiga que te da el empujón, pero no la amante que espera.

Quizás sólo quiero un abrazo y un último beso. Aún queda tiempo.

martes, 12 de marzo de 2013

Ironía

¿Es necesario o siquiera útil sentir las cosas con demasiada intensidad? ¿Es sano? ¿Habitual? ¿Tal vez común? ¿Es acaso importante? ¿Beneficioso? Sentir no es racional. A veces, en ocasiones como estas, me gustaría que lo fuera. De ese modo no habría lágrimas, emociones encontradas, preguntas... No sé en el fondo de dónde viene esa tristeza... no alcanzo a descifrar si viene por el pasado, por el presente o por el futuro incierto. A lo mejor es simplemente por el amor caduco y el que caducará. No por aquellos que no lo quisieron ni lo querrán, si no por quienes lo necesitan y no son correspondidos con la misma moneda de cariño. No busco respuestas a todo. Intento encontrar la felicidad. El punto medio. Intento no sentir cuando la ocasión no lo requiere, pero nunca lo consigo. A veces simplemente es como llenar un depósito de agua. Una presa demasiado pequeña y no poder contenerla.
El destino es tan irónico que creo que aún estoy escuchando sus carcajadas.

lunes, 4 de marzo de 2013

Pido la jubilación

No es justo. No tiene sentido. Quiero la jubilación. Sí, la jubilación de mi corazón: loco, desbocado. Deja de perder los papeles, por favor. Deja de buscar mariposas, arcoiris, sonrisas bonitas, encantos y fuegos artificiales. Dame un respiro para recuperar la cordura y organizar mis ideas. No es sano que sigas así. Nos vas a volver locos a todos y de hecho, yo ya no puedo más. Me dueles. Me haces envidiar el peligro, me tiras por cada acantilado sin mirar siquiera si hay agua debajo. Me dejas desnuda delante de un aula llena. Me subes a una montaña rusa y me quitas el seguro cuando llega el luping. ¿Acaso me odias? ¿No te das cuenta de que si yo me apago, tú te apagarás conmigo? Sí, no son tus decisiones. Ni siquiera son las mías, pero creo que sería más razonable si dejases que buscásemos juntos al culpable. O incluso que lo dejemos ir. No tiene sentido perseguir kimeras y tú no llevas la razón. Me arrastras y luego no cuentas con que soy yo quién ha de buscar la manera de sacarnos del hoyo juntos... y estoy derrotada... ¿no me ves? ¿No te das cuenta de que ya no puedo más? ¿De qué no tengo fuerzas para reconstruirte? ¿Para hacerte sentir que eres único y mágico y levantarte conmigo? Tienes que parar. Tienes que irte de vacaciones. Ya no te estoy pidiendo siquiera que te vuelvas de hielo. No funciona. Lo hemos intentado... sólo quiero no tener que llorar y reír y sentir que todo es inútil. Sólo quiero un poco de paz. Que mi mente deje de dar vueltas cada vez que a tí te da por saltar de felicidad. De esa, no de la otra. No te confundas.
Déjame vivir más despacio. Con pies de plomo. Sin miedo a que se me lleven otra vez el alma...
Vámonos de retiro. De la mano. Dónde quieras...
Pero vámonos.