Star memories

miércoles, 20 de mayo de 2015

Cantar, cantar... ♫♪

Y como hace tres años... Volvemos a empezar.

Bajar del escenario y que una profesora se acerque a ti para decirte que le encanta verte cantar, no por aquello que sale de tus cuerdas vocales, sino porque cuando estás encima del escenario te ve más feliz de lo que de normal siempre estás. Que te brilla la mirada con una luz especial... Es realmente satisfactorio (satisfacción, qué bonita palabra).

Te hace ser consciente de que aquello que pretendes, que es transmitir la emoción que te recorre cada centímetro de la piel, ha dado sus frutos. Porque cuando algo me enamora, me brillan los ojos... Y jamás pensé que algo así podría enamorarme tanto. Jamás pensé que esa adrenalina podría darme tantas alas... Sabes que no se va a volver a repetir, que es una sola vez, que puede que haya otras, pero no serán iguales. Que es ahora o nunca... No sabía de lo que era capaz...

Y a veces, cuando pasa el momento, te desinflas y te sientes tan vacío... como si algo faltara.

Y me pregunto si es por el alguien, por el algo o por lo que en el todo me convierte... Si depende de mí o de otros...

Las decisiones tienes consecuencias, para bien o para mal.

Y el espectáculo debe continuar... Sean cuáles sean los próximos actos.

GRACIAS, una vez más.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Erasmus: definición del viaje a lo desconocido. Breve manual de reconocimiento.

ERASMUS 

Dedicado a mi familia, por ser un apoyo incondicional en tantos sentidos (mamá, papá y hermana); a Amador, Kevin y Betsy, por estar desde el minuto 0 ayudándome a encontrarme a mí misma y dedicado a toda la gente maravillosa que conocí (Kelly, Luca, Billy, Lucie, María A., Marco...) Gracias a Andrea por darme la idea: "Por dejar de tenerle miedo al monstruo Erasmus y empezar a hacerle el amor", y a todos los amigos Erasmus. Los que se han ido o los que compartieron su experiencia conmigo durante mi vida universitaria, por hacerme revivirlo cada día y hacer posible (y hacerlo posible en) VillaCuki (Iciar, Iane, Pauline, Mike, Dani grande y Dani pequeño, Ana, Tony, Giorgiota, Álex y Álex, Niel, Fabri, Gianlu, Ross, Luca, Cecci, Elvi, Xavi, Luis, Marcelo, Ambre, Gosia, Moni, Nikolet, Ersel, María y Carla, Bárbara, Paula C., Cristian, Noemi, Roberta (Manfinfla), Juaco (mi Huevón), Nelson, Dimitra, Jordan, Alex, Germain, Kelsey, Caro, Fede, Jorge, los incondicionales sanjuaneros Omar y Ale y a todo el Coro Campus Universitario Duques de Soria... GRACIAS) . Ésto está inspirado en mi experiencia, pero también en todas las vuestras. Y en esta entrada, hay un pedacito de cada uno de vosotros.

DEFINICIÓN

El Erasmus es eso de lo que todo universitario habla. El Erasmus son los padres (o la hermana/o, abuelas/os, tias/os...), que lo hacen económicamente posible.
Es, a grandes rasgos, un viaje a lo desconocido del que todos tienen algo que aportar: un consejo, una advertencia o una actividad que hacer ("ve a tal sitio y come aquello", "en el bar de no sé dónde al lado de no sé qué ponían un cocktail de aupa", "si te gusta esta música o la otra, había un garito entre esta calle y aquella que te va a encantar").

Un Erasmus es un todo. Un cúmulo de experiencias nuevas, de lugares nuevos, de idiomas diferentes... pero sobre todo un cúmulo de personas que generan sentimientos propios y ajenos.
A cada ojo Erasmus, la experiencia es renovadora, innovadora y reveladora en dimensiones proporcionalmente desproporcionadas. Cada Erasmus es un mundo.

MANUAL BÁSICO DE SUPERVIVENCIA

1.- CABEZA
A un Erasmus se le coge con miedo y ganas. Se le mira de frente y de refilón, con respeto.
Cuando te vas, crees que vas a perder algo que se queda en España (o de dónde seas). Te marchas, dejas atrás todo lo que conoces, y por más que te aconseje quién ha estado en tu mismo destino o en uno similar, nunca sabes qué te vas a encontrar. Que el lugar no cambie no quiere decir que las personas que vayas a encontrar puedan ser tan simpáticas como las que conoció tu amigo. Te vas. Con sustillo y añoranza... Pero no sabes que echando de menos un país en el que todo seguirá igual cuando vuelvas, estás perdiendo el tiempo.
Tus padres, amig@s, prim@s, conocid@s, abuel@s, ti@s... y el gilipollas de turno, van a estar cuando vuelvas en el mismo sitio donde les dejaste.
Para cuando quieras darte cuenta de eso y seas consciente de que lo importante es vivir aquello, puede que sea demasiado tarde.
Coge el Erasmus por la quijada y mírale a los ojos. Decídete a vivirlo como si no hubiera un mañana. Prepárate a reír, a llorar, a vivir... como si fueses un filósofo griego hedonista y creyente/seguidor del Carpe Diem.
No pienses en lo que dejas, si no en lo que vas a ganar. No te olvides de lo de aquí, claro, pero no permitas que eso domine tu experiencia, pues lo que estás a punto de experimentar, sucede solamente una vez en la vida.

Recuerdo que después de unos días en mi destino (Corfú, Grecia, qué isla tan maravillosa), comenté con una amiga que se fue a Polonia que nos sentíamos engañadas. "Bah, todo eso que decían del erasmus... no es para tanto". En realidad echaba tanto de menos mi cómoda y calmada vida con mi familia, que la idea de estar tan lejos, no entender el idioma y pensar que estaba sola ante un montón de desconocidos, me tenía cogida por los ovarios. No era yo quien hablaba. Era mi inseguridad.
La idea de este manual es no dejar que eso te suceda a tí.
Sí. Estás sol@. Pero lo mismo piensa tu compañero de al lado.
Sí. No entiendes del todo el idioma o, si lo has estudiado, no es lo mismo estar en clase que tener que vivirlo 24 horas, pero a tu compañero le está pasando lo mismo o, si va con nivel 0, está peor que tú y agradecerá enormemente una mano amiga (gracias Betsy).
Más tarde, en otra conversación con otra amiga, me di cuenta de lo mal que lo estaba haciendo con tanto pensamiento negativo: " ¿Te acuerdas de lo que nos decían de Soria y no nos creíamos? ¿Que se viene uno llorando y se va llorando? Pues Corfú es igual. Dale una oportunidad" (qué gran verdad fue esa y qué reveladora).

2.- CORAZÓN
Un Erasmus no es un Erasmus si no te vuelves a tu casa con el corazón partido (como dijo un amigo, partido no. Destrozado). Puede ser por un amor, por un amigo o por el país. Que al irte notes que se te desgarra algo por entro o que dejas algo que quieres muchísimo atrás, es buena señal. Significa que lo has vivido al máximo. Duele, claro que duele. Pero es la única manera de saber que ha sido real. Leí una vez que el dolor es el mecanismo que tiene el cuerpo para recordarte que sigues viva. Y es cierto. Si estuvieses muerto o todo hubiera sido un sueño, el dolor no existiría o se iría con el despertar.
Habrá días malos. Los habrá. Los primeros días (el primer mes incluso), pueden ser abrumadores. Sentirás que no puedes con todo, sentirás soledad, miedo, ganas de llorar y blablabla. Supéralo. No estás allí para lamentarle. Es difícil, lo sé. Mucho. Te lo dice una persona muy dramática que, cuando está mal, siente que el mundo se está autodestruyendo... pero tendrás que levantarte. Mucho más rápido de lo normal.
Cuando hayas vuelto y pase un tiempo, te prometo que no te acordarás mucho más de lo malo. Simplemente llamarás pedorr@s a tod@s aquell@s que te hirieron y no volverás a prestarles atención.
AVISO: La sensación que sentirás al montar en el bus/tren/barco/etc. que te saque de la ciudad dónde has residido durante el periodo Erasmus, es desgarradora. Si eso es así, podéis imaginaros que montarse en el avión y ver cómo se aleja la tierra del país, es mil veces peor. No os resistáis. Mirad por la ventana y guardad esos recuerdos.
CONSEJO: a un país al que vas de Erasmus, se le acaba amando. Si te informas un poco antes de a dónde vas, del idioma, de la cultura, la gastronomía, la música y de los personajes que allí puedes encontrarte, se hará más divertido. 

3.- ESTÓMAGO
Déjate de McDonalds, Burger King o demás cadenas internacionales de comida rápida (aunque el primer día que comimos fuera, nos metimos un happy meal entre pecho y espalda y aún conservo el juguete: un pitufo de peluche): comida tradicional del país de destino. Aún sueño con tomarme mi (pen)último frappé o comerme mi (pen)último souvlaki. Sí. Un souvlaki. Eché pestes del puñetero y lo pedía siempre sin cebolla y me quejaba de que me repetía y mil cosas más... Pero si me pones un souvlaki entre las manos ahora mismo, una lagrimilla se asomaría a mis ojuelos y hasta podríais oír cómo hace "clinc" al caer al suelo. Comed, hijos míos. COMED. Y traed comida a España. Confié (ilusa de mí) que "Metadona" tenía frappé entre sus filas y mi corazón se partió en mil pedazos cuando ví que estaba equivocada. Una amiga me lo mandó desde Grecia en Navidad... Nunca llegó. Lloro.
Aprovéchate de tener amigos nativos. Enséñales tu gastronomía e invítales a que te enseñen la suya. Acepta las proposiciones (decentes, si las hay) de asistir a comidas familiares con ellos. Nada como conocer un país a través de su cultura gastronómica. Y la comida de las madres y abuelas del extranjero también es la mejor para sus hij@s y niet@s.

4.- OÍDO
Todo el mundo tiene una canción Erasmus (ó 15) y no siempre son canciones que vas a poder escuchar fácilmente cuando vuelves a tu país de origen. En mi caso, la música griega me parecía un coñazo... A dos de mis amigos y a mí, cuando nos ponían música tradicional o moderna (pero en griego) en los bares, se nos acababa la fiesta... Nos veníamos abajo aunque fuésemos muy pedo... (sí, me refiero a vosotros, Amador y Kevin). Y cuando volví a casa, acabé hacíéndome una lista de reproducción en mi canal de YouTube con canciones que había escuchado allí. Y no sabéis cómo me motivo con ella.
Respecto al idioma, otro tanto de lo mismo. Estar allí y no entender es un caos... Pero cuando entiendes o empiezas a entender algo, se abre otro mundo ante tus ojos y te emocionas por la calle intentando averiguar si has escuchado bien o no o quedándote con alguna palabra en concreto que no sabes cuál es y deseando ver a tus amigos nativos para preguntarles el significado.
Ni hablar ya de cuando eres capaz de medio mantener una conversación o mantenerla entera. Al menos entender y más o menos responder... Te sientes como si hubieras pisado la luna.
Así que si tienes clases en el idioma de origen que imparta la universidad, utilízalas. Aprende. Practica... Cuando al final te des cuenta de que perdiste el tiempo sin enterarte de nada, será demasiado tarde. Haz un pequeño esfuerzo al principio y serás recompensado al final.

5.- OLFATO
Un país nunca huele igual que otro. Parece una bobada, pero la cocina internacional puede corroborar mis palabras. No es lo mismo las especias que se usan en España (que según Victoria Beckham huele a ajo), que en la India, que en Grecia, que en Polonia, que en Finlandia o que en Rusia. Aunque se parezcan (soy consciente de que dije muchas veces que la comida griega era igual que la turca y a veces que la rumana) hay que reconocer que no son lo mismo. Y esas pequeñas variaciones, son las que cuentan.
Cuando llegues, aunque corras el riesgo de parecer un sabueso, respira muy hondo y disfruta del aroma. No sólo las especias o los hábitos culinarios le dan un toque al país. También su flora, sus mares, sus montañas o su clima. Cuando te hayas acostumbrado al lugar y vuelvas a tu país de origen, notarás la diferencia nada más poner un pie en la pista de aterrizaje. Una de mis vueltas fue con llegada a Santander. Creedme que el Cantábrico no huele igual que el Jónico.

6.- VISTA
Paisajes. Todo se trata de accidentes geográficos. Puede que algunos te recuerden a tu hogar y cuando vuelvas, utilizarás esa misma frase pero a la inversa, reconociendo que tu destino Erasmus acabó convirtiéndose en hogar. Sitios que se parecen a otros rincones de tu ciudad natal, flores que reconozcas, calles, plazas...
Caras. Quédate con ellas. Con los detalles. Con las sonrisas de tus amigos allí. Con sus miradas, gestos... Las fotos pueden ayudarte a refrescar esos recuerdos, pero no hay nada como cerrar los ojos y recordarlas en movimiento. 

7.- TACTO
Cada roca, edificio histórico... Lleva en ese país más de una vida. Tienen historia. Recoge su energía con las yemas de tus dedos. Por allí pasaron personajes antiguos que tocaron esos mismos ladrillos o piedras.
Los árboles, la hierba, las flores, el aire, la nieve, el mar... vas a experimentarlos durante un período determinado de tiempo durante esas circunstancias llamadas Erasmus. Disfruta su textura.
Toca también a tu gente (sin ser sobón, claro). Cada segundo cuenta y, cuando acaba el Erasmus, nunca sabe uno cuando va a poder volver a "tocarles" ;)
Tuve la oportunidad de irme de escalada en Ioannina... Nunca me arrepentiré. Una experiencia gratificante y algo que no había hecho nunca.
Aprovechad cualquier excursión o salida o paseo para recoger todo lo que transmite un lugar con las puntas de vuestros dedos.
 
8.- GUSTO
Los besos saben mejor si estás en un ambiente idílico. Más románticos.
Aprovecha. Enamórate. Quién sabe si durará... ¡pero qué más da! No tengo  nada en contra de la gente que se va de Erasmus teniendo pareja (cuenta la leyenda que hay algunas que duran y se hacen más fuertes), pero sinceramente, perder el tiempo en una habitación haciendo skype, no entra dentro de mis planes erasmusinos. Al menos no quiero vivir en una videollamada permamente. Sé de gente que se pasó así las 24 horas del Erasmus y me parece una pérdida de tiempo. Si vas a hacer eso en un año (o unos meses) inolvidable(s) con una oportunidad de oro, mi consejo es que te compres una vida y le dejes tu plaza a una persona que vaya a vivirlo más y mejor. Irse de Erasmus y hacer eso, es egoísta. Punto pelota.
Hay una solución: haz el Erasmus con tu pareja. A la vez. Y será como haberos ido a vivir con vuestr@ churri unos meses al extranjero... Pero creedme, tiene que ser muy patético ser compañer@ de piso de alguien que no sale más que para comer y cagar de su habitación. Eso es ser un triste. Y un tanto maleducado.
Procura salir. Con pareja o no. Es difícil, pero una pareja debe comprender que necesitas vivir esta aventura.

Hablando de cosas menos indigestas: la comida. Sí, ya he hablado de ello antes. No. No voy a repetirme. Aquí entran las especias. Porque éstas, no sólo se sienten al respirar... también al comer. Mi hermana trajo algunas de allí. Si me acerco y cierro los ojos, me trasportan. 
Aprende recetas. No hace falta ser Ferrán Adriá. Puedes ser tu propio "Robin Food".

Dentro del gusto también entran los estilismos... Habrá cosas que no encuentres en tu país de origen (en mi caso, pintauñas de colores imposibles a precios de risa y con efectos fantasía inimaginables). ¡Vuélvete loc@! Compra cosillas. Sigo lamentando la pérdida de mi balón de voleibol multicolores y mi trozo de tela a modo de iglútiendadecampaña de playa. No caí en la cuenta de que no volvía en low cost y me los podría haber traído (no entraban en las maletas, "hola, qué haces", llevaba 25kg en una maleta y 27kg en otra...) colgados de un hombro y sujeto con la mano. ¡¡MALDICIÓN!! No os arrepintáis. Si me queréis, "traerse" todo lo posible. En España no tenemos Jumbo (una tienda de todo un poco baratérrima con cosas cuquis que te entraban ganas de llevarte hasta a los dependientes. Bueno, a ellos no. Pero casi.), así que lo que no venga con vosotros, no es reemplazable.

9.- VISITAS
Como diría Paco Pil: "¡¡AAAADEEELAAAANTEEEEE!!"
Un Erasmus no se entiende desde fuera. Tus amigos y familiares, que se sentirán abandonados y verdes de la envidia de tanta foto gastando su dinero, no van a comprender ni una palabra de lo que digas cuando vuelvas.
He descubierto que la mejor manera de compensar ese fallo en la Matrix es: invitarles a verlo con sus propios ojos. Conocerán a tus amigos, entrarán en tu mundo, podrás hablarle de tu gente Erasmus utilizando sus nombres propios y comprenderán el porqué de tanto éxtasis en tu vida en el extranjero (y no me refiero a las "drojas". Éste éxtasis no entiende de anfetaminas). Además invitarles te garantiza un 30% más de permisividad a la hora de aburrirles con anécdotas cuando vuelvas (no parece mucho, pero créeme que las circunstancias lo van a requerir) y un 50% de posibilidades de que no te odien por robarles media tarde para enseñarles fotos. O lo que es lo mismo, no convertirte en ese soporífero familiar o amigo que te mata lentamente al enseñarte sus 1587 fotos del viaje a: Cuba, Malasia, Islas Mauricio, Ibiza, México, crucero por el Mediterráneo, Túnez, China, Tombuctú o sucedáneo. 
Dentro de este apartado me gustaría destacar a la compañía Iberia (no me pagan por esto y no entro en temas de debate de actualidad sobre sus servicios, sólo hablo de mi experiencia y recordemos que todo esto son consejos para facilitarte la vida Erasmus). Dentro de esta compañía hay una oferta (que creo que está en extinción. Me da que la crisis afecta a todos y hay muchos destinos que ya no están disponibles) que se llama Erasmus Iberia Joven. Para los europeos, ofrece viajes ida y vuelta a partir de 90€ + 2 maletas de 23kg CADA UNA + bolso de mano + todas las maravillas de una compañía NO los cost (comida durante el vuelo, bebida y permisividad a la hora de llevar objetos a mayores en el check point). Solo tienes que registrarte con tus datos e indicar tu universidad de origen y destino (si eres extranjero en España, invierte estos datos y pon tu origen como destino y tu destino como origen), subir tu Learning en formato .pdf, esperar a que te lo validen (validan todos) et voilà, puedes reservar tu vuelo con 14 días mínimos de antelación.


CONCLUSIÓN 

Erasmus sólo hay uno (a no ser que te marques un freemover) y a tí te encontré en la calle. Vívelo como si fuera el último día en la Tierra. Haz un esfuerzo por superar tus días malos (porque los habrá) más rápido de lo que normalmente lo haces.
Puedes vivirlo desde fuera o desde dentro. Puedes ser el que se va de Erasmus o el que conoce a amigos Erasmus. En ambos casos, tu vida va a experimentar un gran cambio. Vas a conocer a amig@s que no vas a olvidar jamás, amig@s que no volverán a repetir contigo esas mismas circunstancias. Amig@s que están de paso pero que lo van a dar todo por tí. 
Vas a aprender a ver la vida de otra manera. Te vas a dar cuenta de que más allá de las paredes de tu casa, tu residencia, tu piso de estudiantes... hay un mundo muy grande lleno de gente maravillosa. 
Te volverás adict@ a los viajes, los idiomas, el conocimiento, la(s) cultura(s). Tus metas y sueños se verán ampliados. Tus ganas de vivir y luchar por conseguir mejoras para el mundo. Los clichés desaparecen, las fronteras se difuminan.
Horizontes jamás pensados y ganas de disfrutar esta vida por si al final resulta que no hay más que una.
Por eso es tan peligroso para los gobiernos mantenerlo. Por eso nos quieren quitar una joya tan preciada. Por eso se debe luchar para que esta experiencia, sea accesible a tod@s.

Hace ya cuatro años que me fui de Erasmus y hace tres que empecé esta entrada del blog. Y me ha llevado tanto publicarla porque es una de esas cosas que sabes que, cuando publiques, llevan tanto de ti que no quieres que tengan el más mínimo error. No solo quería asegurarme de que todo fuese perfecto, sino de que lo sentimientos o lo que opino, no cambiase con el tiempo (y no lo ha hecho). Quería darme tiempo a recordar y rememorar y mirar desde un punto de vista más objetivo todo lo que sentí cuando me volví y mientras estuve allí. Nada de eso ha cambiado y ahora sé que esta entrada nunca terminaría de estar completa, publicada o no, porque siempre habrá algo más que recordar... Y aunque ahora la publique, estoy segura de que no será la última edición que lleve este pequeño y personal homenaje que le dedico a la familia Erasmus.
Todo esto se aplica a cualquier viaje, experiencia en la vida, Séneca, Movilidad, Freemover, Becas de Lectorado, Auxiliar, Amity, vida unversitaria en una ciudad que no sea donde has vivido y sucedáneos varios... La vida está para sentirla. Y puesto que solo tenemos una, no dejes que la tuya pase sin que el mundo sepa que estuviste en él.
Y perdonadme si alguno os sentís ofendido o en absoluto identificado con mis palabras. Solo es una entrada en un blog cualquiera de una persona que quiso vivir al máximo su propia aventura.

SI HAS LEÍDO ESTO ANTES DE IRTE DE ERASMUS, VUÉLVELO A LEER AL FINALIZAR. 
SI HAS LEÍDO ESTO Y YA HAS SIDO ERASMUS, SABES DE LO QUE HABLO.

Deep blue sky

Cosas que, por mucho que lo intentes, no puedes colorear o describir tal cuál las vistes. Cosas que, por mucho que las fotografíes, no podrás recuperar la magia de verlas in situ.
Porque, ¿cómo te explico yo el intenso azul cián que se veía en el cielo? ¿Me creerías si te dijera que esos muros hablaban? ¿Cómo reproduzco las historias de otros tiempos que entre susurros narraban? ¿Cómo hacerte sentir la belleza de un polluelo que se removía en el nido, la sonrisa que me dibujaba y la absoluta convicción de que hubiera hecho lo que fuera por rescatarlo si le hubiera visto resbalar? ¿Cómo cantarte la melodía de esta noche o de cualquier otra la mitad de tranquila...? ¿Cómo te convezco de que el ulular del autillo me persigue desde aquel año en que viví en el paraiso? ¿Cómo describirte el titilar de las estrellas en un cielo inmenso si no las estabas viendo?
Lo creas o no, a través de ese arco de piedra, se esconde toda una vida. Se puede ver el universo... Pero solo si te fijas.

martes, 3 de marzo de 2015

Narrowcasting: de 0 a 100

Esa extraña sensación de no querer que se acabe la noche.
Si se acaba y me voy a dormir, ya será mañana.
Y mañana es algo nuevo, inesperado y que produce esa ansiedad tan típica de lo desconocido.

A pesar de que hace mucho que no escribo, sé que mi musa pace tranquilamente. Esperando un momento de lucidez como el que se ha presentado esta noche.
Y a la vez, cuando nadie me oye, ruego que no se despierte pues temo no saber controlarla. No sería la primera vez.
Aún así, echaba tanto de menos escribir que podría llorar ahora mismo. Esa necesidad de exprimir lo que llevo dentro, de soltarlo. Es una sensación muy similar a aquella que aparece cuando llegas a la cima de una montaña y sueltas la pesada mochila en el suelo como si fuese un muerto y te quitas la ropa a sacudidas para poder respirar y aliviar el calor... Solo que en vez de calor es temblor y frío.

A veces no sé qué da más miedo de este año (o de estos años), si la inamovible y silenciosa calma, si el miedo a lo desconocido o si sentir que se tambalea toda esa sensación de bienestar a la que ya me había acostumbrado.

Persiste en mí la no alteración... persistía... Y como un castillo de naipes al que le roza una mala corriente de aire, se difuminan los esquemas y se pierde el equilibrio.

Estás tú, mi necesidad de protegerte. Mi compañero inseparable.
Está lo que viene mañana. Que asusta.
Y está lo que ha venido de manera tan absurda e indeseada.
Está la incertidumbre.

Me pregunto si detrás de esta duna se encuentra, por fin, el ansiado oasis de los sedientos.