Star memories

martes, 23 de julio de 2019

The German adventure

//Spanish below//
//Versión en castellano más abajo//

Little I knew, a year ago, that I would make such great friend across the Atlantic.
A ten months adventure full of tears, laughs, arguments and love.
Little I knew too that coming back to Spain would give me a year of loses.
I lost my bunny, who walked with me through all my college and master's career and I lost my grandma less than a year after that.
I also lost in love since I wasn't able to overcome a heartbreak that I carried with me for more than two years and still leaving me breathless, hopeless and doubtful about the feelings we hold on each other.
Last year Lisa got engaged with Daniel and thought I'm not a big fan of people getting married and/ or having kids, four of the five European and Mexico house are coming to her this weekend to celebrate life and the love and respect we profess to one and other.
These past weeks I've been sad, cranky and on the edge of bursting into tears every five minutes because, let's be honest, grief is fucking hard to deal with.
On Friday I'll be traveling to Frankfurt and Würzburg and I suddenly realized how fuckingly in need I am to be far away from Soria and how much I need to hug and cry these beautiful lights that were my clouds and sunshine during nine long months.
So hold on tight, darlings: the European Mexico crew is back.

•••

Quién me iba a decir, hace un año, que haría tan buenas amigas y amigos al otro lado del Atlántico.
Una aventura de diez meses llena de lágrimas, risas, discusiones y amor.
Quién me iba a decir que, volver a España, me daría un año de pérdidas: perdí a mi conejito, que caminó conmigo durante mis años universitarios y de Máster y perdí a mi abuela menos de un año después.
También perdí el amor, ya que no fui capaz de superar una ruptura que llevé conmigo durante más de dos años; que me sigue dejando sin respiración, sin esperanza y en un mar de dudas en cuanto a lo que sentimos el uno por el otro.
El año pasado Lisa se prometió con Daniel y, aunque no soy fan de casarse y/o tener hijxs, cuatro de los cinco representantes de la casa Europeomexicana iremos a ella este fin de semana para celebrar la vida y el amor y el respeto que nos profesamos las unas a las otras.
Estas últimas semanas he estado triste, enfadada y a punto de romper a llorar cada cinco minutos porque, admitámoslo, el duelo es jodidamente difícil de gestionar.
El viernes viajaré camino a Frankfurt y Würzburg y, de repente, me he dado cuenta de la puta necesidad que tengo de alejarme de Soria y de lo mucho que necesito abrazar a estas preciosas luces que han sido mi claros y mis oscuros durante nueve largos meses.
Así que, agarráos, queridas, que el equipo Europa- México vuelve a la carga.

viernes, 12 de julio de 2019

Abuela II

Hola Puchi.
Te prometí que te seguiría escribiendo y aquí estoy.
Estoy teniendo una semana extraña.
Te me vienes a la mente muy a menudo.
Te veo en cada abuelita que pasea por la calle, que lleva la compra a casa, que lleva de la mano a su nieta.
Te oigo en sus voces y en sus risas.
Te escucho cuando cuentan sus historias de la vida de antes, de cuándo tú eras pequeña.
Y entonces me asalta el saber que no puedo escucharte a ti contarme historias, ni darte de la mano, ni pasear contigo.
Se me vienen a la mente las imágenes con las que no querrías que te recordase y entonces se me inundan los ojos.
Es esa parte del duelo de la que me habló Criss y que comenté en mi anterior carta.
Ha habido semanas de no pensar, de reír a carcajadas... Y ahora viene otro poco de duelo, de volver al borratajo de pena y melancolía, de lágrimas contenidas.
Es un contraste de dimensiones abismales: sé que no piensas que no te recuerdo cuando mi mente omite que no estás y a la vez sé que lo último que querrías es que te viese siempre dentro de mí en tus últimos momentos.
Luego, veo nuestras fotos.
Me fijo mucho en cómo te miro, en cómo te agarro siempre: la cara, las manos... En cómo te beso o busco siempre el contacto contigo. El sentirte.
Porque siempre supe, aunque no quisiera reconocerlo, que algún día sería eso lo único que tendría.
En esas fotos veo algo más que amor. Veo pasión. Pasión por ti, que es lo que recuerdo siempre que me evocase tu presencia. Y espero que, al menos, consiguiese transmitirte una pequeña de parte de lo que yo siento por ti.
Quiero que sepas que todo va bien. Que tu legado sigue brillando.
El amor que diste a tu prole ha dado sus frutos.
Me has enseñado mucho y bien, abuela, pero siempre soñaré que ojalá más. Porque para mí nunca habrá sido suficiente el tiempo que me has regalado.
Te quiero hasta en las palabras que nunca se dijeron.