Star memories

martes, 29 de noviembre de 2016

Kino Soria y Festival de Cortos

Acaban dos semanas de estrés agotador. Dos semanas en las que apenas he dormido, comido o parado en casa. Dos semanas recorriendo la ciudad de punta a punta siguiendo rodajes de cortometrajes y equipo técnico.
Quiero empezar agradeciendo a Sergio, algo nada nuevo en estos días en los que todxs nosotrxs le hemos mencionado alguna vez, por ofrecerme la oportunidad de formar parte de este proyecto. En ningún momento, cuando le dije que sí que colaboraría, me imaginé que iba a ser una experiencia tan reveladora y constructiva como ha sido.
Me he sentido completa, parte de algo muy grande en donde cada pieza debe encajar a la perfección. He hecho todo lo posible porque así fuera y espero haberlo conseguido.
He sido intérprete, extra, traductora, subtituladora, productora (según Pilar, porque yo aún no tengo claro el concepto), organizadora, voluntaria, compañera y, espero, amiga.
El Kino no ha sido sólo una bonita experiencia cinematográfica, ha sido un modo vida.
Me llevo conmigo las risas y el cariño que me habéis dado.
Cuando entré, de la mano de Sergio, en esa primera reunión Kino, fue una sensación abrumadora. Me senté en un banquito, alejada de «las estrellas»: directorxs, actrices, actores, técnicos, cámaras... Observaba a todxs ellxs y me preguntaba qué podría hacer yo allí entre tanto talento.
A pesar de todo, he llegado a conocer a las personas detrás del trabajo. A quererlo y a sentirme querida. Esto es un homenaje para todxs vosotrxs. Con personas diferentes nada hubiese sido lo mismo.

Sergio: las gracias se quedan pequeñas. Aunque no te guste que esté todo el tiempo pendiente de ti, eres la órbita de estas dos semanas. Sin ti no hubera conocido a nadie. No hace mucho que nos conocemos pero ya te has hecho un huequito en este corazón de VillaCuki. Las discusiones (las que utilizabas para picarme y las que acababan en risa, las bromillas que yo me creía a pies juntillas y las mentirijillas que te pillaba a vista de pájaro) han sido una constante. Te gustase más o menos, hasta que eché a andar por el Kino yo sola, eras la única mano amiga que conocía y a la que intentaba aferrarme. Gracias, gracias y mil gracias por haber confiado en mí.
 
Diego: poco cariñoso también, pero nunca me ha faltaba un abrazo o una palabra amiga si lo he necesitado. Y ahora que casi me he acostumbrado, espero que no vayáis a parar muy lejos de mí a pesar del trabajo y las pocas horas de sueño. Cuando Sergio no estaba, aunque te conocía menos, era un alivio darme la vuelta y encontrarme con tu mirada. Unos ojitos enormes detrás de unas pestañas aún más grandes. Siempre calmado y dispuesto a todo. Como un remanso dónde, por unas horas, olvidarte de toda la tensión.
 
Ángela: cuando me dijiste el otro día que ojalá nos hubiéramos conocido antes tenías toda la razón. Me ha encantado hablar contigo, aunque haya sido poco. Y aunque no sea en el Kino que viene, igual en el de dentro de dos años, o en el cualquier lugar de Europa o del mundo, seguiremos viéndonos y conociéndonos.
 
Elena: ains, ella. Cuando la vi yo entrar por esa puerta del Kino y al final fue a quien veía en todos los sitios. Lo que ha trabajado ella y la ilusión que me hacía verla disfrutar también cuando no tenía que trabajar. Me queda pendiente una visita a Madrid a ver tus líquidos de fotografía. No se me ha olvidado. La reina de la Audiencia no era yo. Eras tú.
 
Alberto: trípode al hombro todo el festival. Correteando de aquí para allá con Elena. Grabando, montando y siempre con una sonrisa. A ti te tenemos más cerquita y tú ya sabes donde tienes una casa.
 
Mª José: con su desparpajo increíble me hizo sentir parte del todo. Esos abrazos enormes me dieron mucha vida y me hicieron sentir como en casa. Ese arte, esa facilidad para hacerse entender. Esa fuerza que lleva dentro. Las ganas de participar, de ser y de colaborar.

Miguel: mi compañero de friquismo, risas y buen humor. Gracias por escucharme, Miguel, por no juzgarme, por ser compañero y por ser alguien tan grande. Por esos análisis, por tener en cuenta mi opinón, por hacerme reír hasta llorar y por cantar conmigo canciones de Pablo Clavel que nadie más se sabía.
 
Leticia: aunque hablásemos más los últimos días, resultó que no éramos tan distintas en la manera de ver determinadas cosas. Nos ha faltado algo más de tiempo pero una vez que nos hemos encontrado, cualquier cosa puede ocurrir.
 
Carlos: me quedo con tus abrazos de oso. Me dabas un poco de respeto al principio. Tan serio y tan apartado. Luego ya vi que eras un cachito de pan. Y era una alegría verte con tus barbitas con aire de despistado pero guardando siempre un as humorístico en la manga.
 
Rubén: he tenido la oportunidad (y seguramente la suerte) de ver algo más que tu mirada fingida de psicópata y tus mil maneras de crear momentos incómodos e inapropiados. Bad-timing seguramente sea tu segundo nombre. A pesar de todo, no hay nada como un abrazo para reconfortar a la otra persona. Seguramente el tener cosas en común con una visión tan diferente de nuestro entorno es lo que nos ha convertido en dos asteroides listos para colisionar, pero no olvides nunca que tras una colisión de gran magnitud existe la teoría de la creación de un planeta.
 
Hugues: Profesional, carismático y un poco loco. Algo tan necesario para la creatividad. Una estrella del rock rebosante de humildad y visión. Una sonrisa mágica que lo decía todo y unos ojos expresivos que no necesitaban palabras.
 
Fred: con quién me resultaba tan fácil comunicarme (aunque fuese en inglés) ha sido otro gran descubrimiento. Un alma libre llena buenas intenciones. Paciente y dinámico. Gracias, gracias y mil gracias por tenerme en cuenta antes, durante y después. Mi particular Yisuscraist. Su firma en el Libro de Visitas de VillaCuki ya forma parte del paseo de las estrellas.
MERCI BEAUCOUP.
 
Pilar: gran persona y mejor amiga. Todas tus vivencias me las guardo. Tus experiencias de vida, tu sencillez y tu manera directa de decir las cosas y lo que piensas. Tu fuerte opinión sobre la mujer y sus desafíos. Tu confianza en mí que se ha convertido en seguridad personal. Mis secretos bien guardados. El poder hablarte de cualquier cosa y sentirme protegida. GRACIAS.
 
Sophie: ahora tú ya convertida en la mami francesa. Y yo en tu primera hija española. Me daba la vida verte cuando llegabas a la Audiencia. Como sentirme en casa. Y verte en el escenario con todo tu desparpajo hablando a esa banda de criminales de 1ºde la ESO (jajaja). Nos volveremos a encontrar.
 
Anthonin: nuestra historia de "amor" se basaba en la confidencia entre cervezas y comida. Con esa sonrisa tuya que iluminaba la estancia. El niño genio tras la cámara y el ordenador.
 
Xavier: a vueltas con su corto y con su vida. La primera vez que hablé contigo cara a cara, de verdad, y vi tus ojos llenos de brillo emocionado por lo que hacías y lo que querías me di cuenta de que eras una persona totalmente distinta a lo que creía. Y agradezco cada sonrisa que me has brindado después de ese momento.
 
Jean-Antoine: al principio el más inaccesible de todos, pero déjale una cámara de fotos y empezarás a ver el mundo de otra manera. Y él, se dejará ver como realmente es: mucho más espontáneo y sonriente de lo que pueda parecer. 
 
Diane: nunca olvidaré tu dedito sobre la carta de la Crepería para indicarme que Diko estaba en posición y yo debía girarme para abrazarle. Con tu sonrisa ese día se me olvidaban los nervios. Y Jorge y tú hacíais buen tándem para que yo pudiese actuar.
 
Kamir: mirada profunda, aires de melancolía y silencio... Hasta que sonreía. Un genio en la sombra. Tímido, según él. Observador, según yo. Conseguía convertir unos audífonos que emiten sonido en un micrófono que lo captaba inviertiendo no sé qué polaridad. McGiver versión Saint-Etienne. Misterios que te da la vida. Puzzles sin resolver y pianos que siguen esperando que alguien componga una historia sobre ellos.
 
Argentinos, estonios, macedonios, daneses, ingleses, australianos, palestinos y de Ámsterdam: fueron menos días, menos horas que con los del Kino, pero sois LA HOSTIA. Me habéis hecho reír, me habéis hecho sentir especial. Habéis contado conmigo, os he servido de ayuda (espero) cuando lo habéis necesitado y ha sido un HONOR trabajar con vosotros. Si volvéis al festival, volved antes. Disfrutad antes... Porque vais a sonreír mucho más.
 
Voluntarios, Iván y Dani, Javi, Inés, Lucas, mis compis Ángela, Pote, Nora, Marcos y demás familia: me lo he pasado como una enana. A algunos no os conocía mucho. A otros no os conocía nada. Pero entre cervezas, confidencias y hacerme sentir una más y darme la responsabilidad tan grande de realizar mi trabajo, para lo que he estudiado, me habéis hecho muy feliz. Cuando me preguntan porqué estudié traducción e interpretación siempre obvio que yo quise estudiar Arte Dramático de pequeña para transmitir al público una historia, pero siempre cuento que me siento realizada sabiendo que, como traductora e intérprete, tengo el poder y la gran responsabilidad de transmitir la cultura entre los pueblos. Entre personas que, de cualquier otro modo, no serían capaces de llegar a entenderse, a respetarse e incluso a llegar a ser grandes amigxs. Y creo que he intentado dejar mi granito de arena durante estas dos semanas.

Mª Ángeles: no me olvido de ti. Eres la última porque siempre me gusta dejar lo mejor para el final. Has sido una hermana. Ya lo dijiste tú y ya lo dijimos casi desde el primer momento. Al principio como coña, ya que éramos familia en la ficción. 
Durante estas dos semanas, las largas conversaciones y paseos, la complicidad, el hacerme sentir tan querida, la seguridad que has puesto en mí, las confidencias y el compartir experiencias han sacado a relucir mi mejor cara... La confianza que me has dado no tiene palabras suficientes para ser explicada en un blog. Te llevo conmigo. Eres familia, mi niña. Y te mereces todo lo mejor. Una profesional y una gran amiga. Me he visto reflejada en ti tantas veces en tan poco tiempo que ya no sé dónde acabas tú y dónde empiezo yo. Me has devuelto algo que creía perdido para siempre y, allá donde nos encontremos, siempre tendrás un hogar. Puede parecer una locura, pero han tenido que pasar los años para que tus palabras, y sólo las tuyas, tuviesen el poder de retumbar en mi cabeza y de moverme el alma. De conseguir que diera ese paso, tan pequeño para el mundo y tan insalvable para mí. Quizás todo lo que ha ocurrido entre nosotras empiece con ese cambio, pero desde luego me has dado mucho más que valor. Me has dado esperanza.
En la estación lo dijimos: llevo un año deseando conseguir la beca a EEUU y, ahora que está aquí, siento que me alejo en el mejor momento para quedarme. Pero aún tenemos mucha vida tú y yo. Así que vamos a vivirla, que aún me queda espacio en la mano y en el corazón para caminar agarrada a ti.
 
Como decía Yolanda:
Viva el cine, viva la cultura y buena proyección.