Star memories

martes, 14 de enero de 2014

1º del 2014

Últimamente, cuando me entran ganas de llorar, suelo repetirme: "Sé fuerte". Y las lágrimas, paran de repente.
Hoy ha sido el primer día en el que una vocecita tímida ha dicho: "¿Y si no quiero ser fuerte?"
El 2014 ha empezado... Y como si no hubiera empezado. Año nuevo, vida nueva.
Dicen que es uno mismo el que tiene que cambiar... Será que estoy en ello, porque pensé que ya lo había hecho pero las cosas no funcionan demasiado bien, ¡aún!
Las parejas que se besan por la calle, me recuerdan cada vez más a los de los videojuegos de The Sims... mismos movimientos estáticos y calculados, como manejados por una realidad virtual (qué curioso, esto puede ser verdad dado el artículo que leí el otro día).

Se me han pasado tres personas por la cabeza mientras bajaba la cuesta que va desde la estación de buses a mi casa. En lo que éramos y en lo que nos hemos convertido. Y me he sentido sola.
Pienso que parece que se acabó el: "Pobrecita Bea, necesita protección, necesita que hagamos piña con ella" y se ha pasado, de golpe y porrazo, al: "Bea puede sola"... Y la verdad es que no es cierto. Bea no puede sola. Lamento comunicarlo.
Aunque, visto lo visto, debo hacerlo sola.
Me he dado cuenta de lo orgulloso que eso suena. Y lo peor, es que no me gusta sentir ese orgullo, porque se está convirtiendo en rabia mal canalizada.

He llegado al portal y he encontrado algo que me ha arrancado una sonrisa y una lágrima. Las dos al mismo tiempo. Es una carta de Marjorie.
He pensado que el olor del portal no sólo debería traerme estos recuerdos de indecisión que ahora siento. Debería recordarme que ese olor característico del portal, también debe recordarme a Fabri, a Ross y a Gianlu.

Antes de volver aquí después de las Navidades, ya fui consciente de una cosa, y es que a lo mejor, aunque las cosas no son lo que esperaba, sí que soy consciente de que han aparecido otras personas en mi vida que me hacen sentir a gusto. Tengo otras tres en mente, aunque seguramente no sepan que son ellas.

Gracias Marjo. Aquí tengo tu carta. Me has hecho muy feliz. Y me has recordado qué tipo de persona soy. Quién soy. Y me has devuelto la magia del correo de toda la vida... Porque sinceramente, me ha hecho más ilusión encontrarme tu postal en el buzón, que saber que tengo cinco mensajes en facebook.


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