Star memories

miércoles, 22 de febrero de 2012

Let's just breath

Odio que mi estado de ánimo dependa de si te veo por las mañanas. Lo odio porque me encanta. Verte. Lo odio.
Como diría Perl Jam: "¿Te he dicho ya que te deseo? ¿Que te necesito?".

Eso es lo malo. No es que no sea correspondido. Es que es imposible... incluso cuando nada es imposible.

Eso es lo peor. Que me deje llevar como una barca sin remos. No tengo hacia dónde navegar ni cómo bajarme. Ni siquiera cómo parar.

Eso es lo curioso. La manera en que el tiempo parece una eternidad habiéndote conocido y que a la vez se haya congelado en tus ojos de mil colores. En tu mirada embrujada. En las pestañas que enmarcan. Esa mandíbula. Esa frialdad que no es fría en absoluto.

Esa es la verdad. Que no tengo buena suerte. Que no puedo quererte, ni desearte. Hay veces que ni siquiera puedo mirarte... Pero si no me abrazas me caigo. Si no me besas...

Esa es la razón. Que al escribirlo se hace verdad. Que cuando se hace verdad se espanta a la mentira. Que cuando se sepa, pasará a ser una anécdota más. Una locura. Algo inalcanzable. Y que traerá mala suerte.

La esperanza. Siempre me queda la esperanza de que, por esta vez, el mundo no acabe mañana.

(que no acabe mañana...)

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