Star memories

jueves, 1 de marzo de 2012

Historias para soñar

Los días perfectos también merecen un blog.
Érase una vez una historia imposible que nadie dijo que vaya a dejar de serlo.
Érase que se era, una niña que miró a un extranjero a los ojos y se sintió perder.
Y a medida que pasaban los días y que los obstáculos se convertian en realidades, ella no perdía la esperanza pues cada vez que le miraba, los ojos de brujo le hablaban.
Érase una día que acabó en noche. Después de los juegos, las peleas, las bromas y las miradas. Tras los abrazos y los besos que no son besos, que decidieron hablar con un par de cervezas.
Érase que se era un bar heavy, y un brujo le dijo a esa niña que para él, ella era perfecta del modo en que era. Y la niña, arriesgando sus cartas al mejor postor, predijo un futuro que no tendrá pasado. Predijo que si la lluvia no cayese del cielo, las cosas entre ellos serían diferentes. Y el brujo reconoció la evidencia porque nunca le había mentido.
Érase un lugar que parecía un castillo pero que recordaba a un hogar. En ese lugar, había una estancia donde la niña se refugiaba y compartía.
Fue un abrazo primero. Después puede que un tímido beso.
No pasó nada esa noche. No se soltaban, se reían y miraban.
El brujo no podía ir muy lejos y la niña sabía que volar alto no entraba en los planes.
Pero rió y fue feliz. Y supo la verdad y dejó de atormentarla.
Y cuando el sol asomó sus tímidos rayos, la niña no supo si sentir o no que algo había cambiado, pero prometió no mencionar esa noche. Se lo prometió a sí misma. Quería proteger su corazón y quería alejar al brujo del tormento.
Pero aunque no volviera a mencionarla a viva voz, prometió guardarlo para siempre en su memoria. Y soñar de vez en cuando. Y entonces, al revivir los sentimientos, mordisquearse delicadamente sus húmedos labios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario