Star memories

sábado, 15 de diciembre de 2012

And when the end has come, to be continued

Como se ha modernizado todo... parece mentira que esté actualizando mi blog desde el móvil...
Hace tiempo que no paso por aquí. Necesitaba una terapia bloggeril. No pensé que llegaría a echarlo de menos...
He vuelto a Soria. Grecia y mi adorada Corfú ya no son el lugar donde vivo, aunque aún siga sintiéndolo como un hogar. La vuelta a la realidad fue dura. La última semana en Corfú fue un sueño y una despedida. Un cúmulo de todo... y ahora que estoy aquí, no podía darme un descanso. No sé si el error ha estado en querer olvidar demasiado rápido o en creer que lo he conseguido, pero hay una fuga. Una herida no se cerró bien y temo haberla hecho más grande.
Siempre dije que nadie tiene derecho a cambiar quién soy... pero creo que ha llegado el momento de cambiar por mí. De hacerme dura, de hacerme de hielo. Una sacudida más y me convertiré en polvo... y no puedo dejar que eso pase.
No entiendo qué ocurre ahora mismo con estas nuevas expectativas creadas ni si debo olvidarlas... hace poco vine de Palencia con energía renovada y ahora mismo sólo pienso que en seguida vuelvo para Navidad y para alejarme de tanta confusión.
Creo que al final me iré el día 20.
No sé qué pasará el 21 de diciembre, pero por si acaso, quiero que me pille con la gente que de verdad me quiere.
Como siempre un caos. Debo recordar que Somnium Ergo Sum y que todo pasa, todo llega... aunque ya no sé si puedo seguir dejando mi ánimos colgados en brazos de mi amiga la esperanza. No quiero acabar siendo una de esas personas frías y distantes que no creen en nada, pero quizás debiera empezar a plantearme una retirada. Una introspectiva sobre mi propio yo. Un escudo... a pesar de que siempre me ha gustado peleear a corazón descubierto...
No me gustan los juegos. No me dan equilibrio. Me agotan y me hacen llorar. No entiendo los cambios repentinos... y mientras busco una solución a este rompecabezas, lucho, me agoto, me recupero y vuelvo a luchar... el problema es que cuando luchas contra ti mismo... no hay victoria. Ni derrota. Sólo un sabor agridulce... y al menos deseas ser consciente de que lo hiciste lo mejor que podías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario